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Advertencia: destripe.

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16 enero 2015

Los 400 golpes - François Truffaut (1959)



Psiquiatra: Tus padres dicen que siempre mientes.
Antoine: Bueno, yo miento ahora y siempre; supongo. A veces me gustaría decirles la verdad, pero como no me creen, prefiero mentirles.[1]


Antoine (Jean-Pierre Léaud) es un niño parisino, de clase media baja, producto de un embarazo no deseado, que vive con su madre y su padrastro. El joven no recibe buen trato de su madre ni en la escuela; su padrastro trata de llevárselas bien con él, pero, en definitiva, recibe malos tratos de todo el entorno adulto, parece que fuera una molestia para todos. En este marco, lo peor es que a la propia madre parece representarle una carga, no un hijo. El único medio amable lo constituye el que conforma con los compinches de su edad. A medida que la historia avanza, el muchacho se va acercando al delito, hasta que da a parar en un reformatorio al que la madre y el padrastro lo ingresan. A estos les da un cierto respiro el salir del muchacho. Del reformatorio escapará y, en una memorable escena final que sugiere que habrá un cambio en la vida de Antoine.


Este filme tiene elementos autobiográficos, pues Truffaut tuvo una infancia totalmente accidentada. El tema del maltrato escolar no es nuevo, ya lo había llevado al cine –entre otros– Jean Vigo en la película Cero en conducta, de 1933. Pero Trufaut va un paso más allá al incursionar al protagonista en el mundo delictivo[2] y, más aún, contar la historia de una manera distinta a como se venía haciendo el cine francés; esta película es una de las primeras de la llamada nueva ola del cine francés, que nace a finales de la década de los 50 y se desarrollará más a plenitud durante los 60. Movimiento que tiene cierto parentesco con el neorrealismo italiano de posguerra. Esta cinta es el primer largometraje del gran cineasta galo y está dedicada a la memoria de su gran amigo André Bazin.




Al igual que Vigo, Truffaut plasma en la gran pantalla las vicisitudes de un niño de la posmodernidad acotado por viejos esquemas de crianza en los que el objetivo principal es la obediencia a los mayores: padres y maestros, sin la menor posibilidad de desarrollo personal del individuo, sin libertad de expresión y de acción, sin derecho a réplica, sin conocer los intereses del menor. Si Truffaut sufrió de esto mismo, claro es que el clamor que se evidencia en la película viene de adentro; es un grito desesperado por rescatar la humanidad de la que carecía la crianza de los niños. Nos recuerda al Emilio de Rousseau y a María Montessori, precursores tan adelantados que aún en la segunda mitad del siglo XX no se aplicaban sus métodos de enseñanza. Con tanto en contra, recién comenzando la vida, no puede menos que rebelarse hasta convertirse en un díscolo; y aunque comete un delito menor, no ejerce la violencia como la vemos hoy en menores de su edad. Es más, al no colocar en el mercado el producto hurtado, lo devuelve. Es entonces cuando lo capturan. Tal como dice el profesor Enrique Martínez-Salanova Sánchez en su comentario de la película: «Los niños y los adolescentes de Truffaut rondan su autobiografía. Aunque sus personajes no son aceptados por la sociedad, no son antisociales, sino asociales... están al margen, pero no están en contra.»[3].




La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.

Cabe destacar el rostro ocasionalmente inexpresivo de Antoine. Una mirada fría y reacciones poco emocionales describirían su vacío existencial, su desdichada vida, sin motivación, sin alegría. Se puede justificar como falta de experiencia actoral del niño que le dio vida al personaje, pero puede ser entendido como falta de amor y atención, ingredientes principales a la hora de criar un niño. Solo al final, cuando se quita los grilletes y alcanza la tan ansiada libertad, frente al inconmensurable mar, muestra una mirada algo más cálida, enigmática pero esperanzadora. Es cuando uno siente, con mayor intensidad, que él es él. Esta escena final, que muestra a Antoine corriendo, es de unos cuatro minutos de duración; por lo que nos da una idea de qué tan ansioso está el muchacho de distanciarse de su asfixiante pasado.

A pesar de ser un drama, no deja de estar salpicado de escenas de humor, un discreto y elegante humor, que obliga a una mirada dulce de la infancia y la adolescencia; una visión amorosa de las travesuras de los niños. Una de ellas, realmente inolvidable, es la escena de los chicos que salen del colegio tras el profesor de gimnasia para una caminata y van desertando poco a poco hasta dejarlo completamente solo, sin que él siquiera se haya enterado de la progresiva desbandada.

Un ejercicio interesante es comparar el comportamiento de estos chicos parisinos con sus casi contemporáneos mexicanos de Los olvidados (Luis Buñuel, 1950), particularmente los niveles de violencia de unos y otros. Con los de Ciudad de Dios o Pixote definitivamente no se pueden comparar.

Esta película recibió diversos reconocimientos internacionales y figura en las listas especializadas de las mejores películas del cine. Desde el punto de vista técnico está muy bien realizada; tiene una excelente fotografía en blanco y negro, música muy adecuada y un guión excelente. Es una gran película, imprescindible en la filmografía de Truffaut, además es una de las películas favoritas de muchos cineastas (Luis Buñuel, Satyajit Ray[4], Carl Theodor Dreyer, Richard Lester, entre otros). Akira Kurosawa dijo de ella que fue una de las películas más hermosas que vio en toda su vida.


Película online en español:
http://gloria.tv/?media=347735&language=3SsSaAhCEfb


___________________
[1] Traducido de la versión del libreto en inglés.
[2] No con crímenes del nivel de los que comete Zé pequeño en Ciudad de Dios, sino en delitos menores como el hurto. Era esa una época de mayor ingenuidad e inocencia.
[3] MARTÍNEZ-SALANOVA SÁNCHEZ, E. (2002): “Aprender con el cine, aprender de película. Una visión didáctica para aprender e investigar con el cine”. Huelva. "Grupo Comunicar". 400 págs.
[4] A pesar de que Truffaut criticó duramente su filme Pather Panchali, de 1955.

Comentarios en otros sitios:
http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temas400golpes.htm
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article2045.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_400_golpes
En inglés:
http://www.rogerebert.com/reviews/great-movie-the-400-blows-1959
http://en.wikipedia.org/wiki/The_400_Blows

Ficha en IMDb:
http://www.imdb.com/title/tt0053198
Ficha en Rotten Tomatoes, donde destaca con un puntaje de 100% en el «tomatómetro»:
http://www.rottentomatoes.com/m/400_blows/


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Proyecto El chico

En 2007 realizamos un proyecto en ambiente Web 2.0: traducir la película -en dominio público- El Chico, de Charlie Chaplin (1921), a diversas lenguas. Inicialmente en Google Video se tradujo a 26 lenguas, 4 de ellas por humanos: 3 por colaboradores de Portugal, Francia e Italia, y el autor de este blog. Las demás lenguas se tradujeron vía traductores online, la mayoría a través de Translate Google. Ahora la película está en YouTube, con intertítulos en 12 lenguas. Más información sobre este proyecto en este enlace. Ver la película en YouTube.

Las 10 + proyectadas